
Cuando el niño era niño
las manzanas y el pan le bastaban de alimento,
y todavía es así.
Cuando el niño era niño,
las fresas que no le cabían en la mano
se le caían,
y todavía es así.
Las nueces frescas le ponían áspera la lengua,
y todavía es así.
Cuando subia a una montaña muy alta
tenía el anhelo de una montaña más alta todavía
y todavia es así.
Se asustaba de los extraños
y todavía se asusta;
esperaba las primeras nieves,
y todavía las espera.
Cuando el niño era niño,
lanzó un palo como una lanza contra un árbol,
y hoy vibra ahí todavía.
Der Himmel über Berlin
El cielo sobre Berlín.
Peter Handke.
(gracias a Vellertigo por el tesoro)
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