Pertenezco al orden de los tetraodontiformes.
Tengo la cualidad extraordinaria de multiplicar el tamaño de mi ego hasta hacerme intragable ante mis posibles depredadores.
Tengo la cualidad extraordinaria de multiplicar el tamaño de mi ego hasta hacerme intragable ante mis posibles depredadores.
En pequeñas excepciones este dispositivo natural se dispara sin previo estímulo, supongo que por una orden cerebral con el fin de nivelar mis frecuentes bajones de serotonina y de manera más frecuente cuando me siento atacada o asustada.
Y como cualquiera de mi especie, temo que alguien pueda manejarme algún día. Alguien que no tenga miedo a mis palabras punzantes ni al veneno de mis artes. Alguien que pueda sacarme de mi medio natural, dejarme secar al sol mientras conservo el tamaño histriónico de mi ego para convertirme luego en una lámpara decorativa introduciéndome una bombilla por la boca.