A veces creo que necesito un Tyler Durden en mi vida.
Cuando voy en Renfe y pasa lo inevitable, es decir, que vayan mal, con retraso y sin darnos ninguna explicación; siempre cierro los ojos y espero que alguien se levante y dirija una revuelta.
Un Tyler que reduzca mis preocupaciones a lo insignificante.
Un Tyler que me devuelva mi naturaleza que entre semana llego a olvidar.
1 comentario:
a gritos
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