
Y después de estar años perdida, mis opiniones empiezan a derruirse. Todo se transforma, y esa persona a la que has estado intentando construir, muta.
Y aparece una nueva piel que aprecia. Y empiezas a observar las cosas no con los ojos de mirar, sino con los que se guardan en los bolsillos para ocasiones especiales. Y empiezas a escuchar no solo lo que quieres oír, sino lo que te puede explicar.
Y ya no te da miedo crecer, porque sabes que no depende de ti, sino de las sensaciones que vas conociendo de ti. Y de una cosa hemos de estar seguros: siempre te acabas sorprendiendo.
Soy Libre.
Pero no de pecado.
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