Hoy me he despertado en el tren notando como una explosión de saliva penetraba en mi boca entreabierta. Un vagabundo tosía a veinte centímetros de mi cara.
He deseado que la humanidad muriera en manos de un coloso de inocencia y que nada quedara vivo, ni tan solo la pena.

2 comentarios:
jajajajajajajaja
que espanto!... decime que no le faltaban los dientes..
besitos como siempre me encanta leer lo que escribis.. =)
sos simplemente refrescante
he sacado la cabeza para ver. el mundo continua en movimiento, con sus gentes y sus prisas... bajé al bunker situado bajo casa al pensar que el conejo rosa acabaría con todo. parece que no ha pasado nada.
creo que voy a salir.
salud-saludos
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