Hace días que te estoy regalando mis sueños.
Con alevosía y nocturnidad.
En silencio los dejo caer por el precipicio de la almohada. Llegan rodando a la comisura de tu boca, y al entrar en ella, te hacen sonreír.
Y un día me regalarás tus sueños, pensando que son tuyos, pero no serán más que los míos regurgitados.
1 comentario:
me gusto, me gusto mucho :)
algun dia ¿no?
besos
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