
Una vez quise quedarme.
Detrás de los cristales, como una muñeca en un escaparate de navidad.
... tan deseable...
Y cuando quise quedarme, el alma, que no vive dentro como muchos creen, me agarró por el cuello con furia y me disparó hacia fuera.
Me pusieron un nombre, unos adjetivos y unas expectativas. Obligándome así a crecer y a sentir.
Sentí el calor de las personas y el frío de la soledad..
Oí gritar a la vida y rugir a la muerte.
Y pensé que allí dentro hubiera sido inmortal.
Y feliz como una piedra.
3 comentarios:
Las piedras siente, padecen, se alegran, y un sinfín de sentimientos encauzan su poros. No quieras ser piedra, sin entender una piedra de río o arena de playa.
Ánimos.
Uno cualquiera
prefiero ser feliz como un mortal, a inmortal como una piedra...
Si yo fuese como una roca y no como una nube, mi pensar, que es como el viento, me abandonaría. (antonio porchia)
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