jueves, 19 de junio de 2025

"Y sin embargo salto"


Avanzo, 

con el cuerpo abierto por dentro.


Avanzo sabiendo que pierdo. 


Dirán que soy fuerte.

Y yo callo.

Porque la fuerza no grita.

Grita el saber que cada paso es 

una amputación lenta del pasado que aún late.


La fuerza es mirar al abismo y decir:

saltaré igual,

porque es más fiel a mi alma el vértigo

que la quietud traidora.


Soy coherente con mis deseos,

y aún más con mis hechos.

Los abrazo.

Sí, incluso a las pequeñas fechorías

que no fueron maldad,

sino intentos desesperados de verdad.


“No puedes seguir aquí fingiendo que no ardes”.

Y ardo.

Y a veces duele como un castigo.

Otras veces es solo una consecuencia limpia,

como una hoja que cae porque es otoño

y nadie tiene la culpa.


Me he hecho cargo.

De mis gestos, de mis decisiones,

incluso de mis torpezas.

De las palabras dichas,

y de las que no supe decir a tiempo.


Perdedora

y brutalmente honesta.

Todo sucede a la vez.

Llena de cicatrices que no oculto.


Y sin embargo, la vida sigue… 

no castiga.

Simplemente cumple su rol:

ser juez imparcial

que no premia ni perdona,

solo observa.


Hoy no puedo decir “estoy bien”.

Sería mentir.

Solo puedo decir: estoy aquí.

Presente.

Entera y rota 

Fiel y sola.


Solo puedo esperar.

Y confiar en que el amor —aunque imperfecto—

haya calado hondo.

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