domingo, 24 de febrero de 2008

Estarán.


Señoras y señores, ayer fui al campo.

Y aunque todavía no habían amapolas, ni yo llevaba coletas ni vestido rojo, fui feliz.

Noté crujir la tierra bajo mis pies, esa tierra que remueve el hombre para crear más vida aún. La altera, la destroza para obtener un interés personal, y no obstante, es lo más respetuoso que sabemos hacer con ella.

Mi perra conoció la montaña, persiguió gatos que huían a subirse en árboles, me protegió de abejorros y olfateó el aire de verdad.

Las sillas de hierro no eran las más cómodas que he conocido, pero el sol de invierno me curó un poco de las heridas de la semana.

Me pregunté el porqué del azul del cielo y de las montañas más lejanas. Y pensé que ella me podría hacer más sabia. Que allí abajo no había nada más que me enseñara. Prometí a la rama de la tomatera y al calor de las piedras que volvería.

Y de nuevo estarán ahí las amapolas. Estarán.
(perdón x mi bucolismo extremo..es lo que hay)

5 comentarios:

aaF dijo...

Llego aquí desde el blog de pikmiki.
Tengo que aplaudir el hecho de ponerse el cartel de la maravillosa "Barbarella" como imagen!
Voy a cotillear de paso, saludos

chicosinsombra dijo...

jeje... el mundo es un pañuelo... me uno al aplauso de mi amigo maño...

me encanta como escribes y como combinas tus textos con las imágenes...

te agrego a mis links y me iré pasando cada vez que pueda :)

un abrazo

Anónimo dijo...

Sin embargo, en estos tiempos, en que nos amenaza el cambio climático, aún sin saber si existe o si realmente somos responsables de ello, he de decirte: ¿volverán las amapolas a crecer cuando vuelvas?

Anónimo dijo...

la vereda de los caminos polvorientos y de los campos de trigo por sembrar, esperan ver llegar a la primavera para inundarse de vida y color.

la primavera la sangre altera.

octopussy dijo...

Qué chulos eran mis comentarios cuando los publicaste. Este, leído después de mucho tiempo suena muy bien
Un abrazo mi querida vond