Hoy he sentido tu vacío.
He probado lo que serían mis días sin ti, y he recordado la vida que tenía antes de que llegaras.
Hoy he deseado volver en el tiempo, regresar donde me crié, esa ciudad a la orilla del río y entender, de verdad, que el agua nunca se detiene y que su flujo constante es lo único que impide que el pensamiento se estanque.
Hoy siento que merezco vivir otra vez cerca del río, comerme siete piedras tan grandes como melones galos y agacharme a beber de rodillas, y que alguien me de una patada en el trasero haciéndome caer, y acabar ahogada en medio metro de profundidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario