martes, 27 de octubre de 2009

La Ciencia del Pez Globo


Pertenezco al orden de los tetraodontiformes.
Tengo la cualidad extraordinaria de multiplicar el tamaño de mi ego hasta hacerme intragable ante mis posibles depredadores.

En pequeñas excepciones este dispositivo natural se dispara sin previo estímulo, supongo que por una orden cerebral con el fin de nivelar mis frecuentes bajones de serotonina y de manera más frecuente cuando me siento atacada o asustada.

Y como cualquiera de mi especie, temo que alguien pueda manejarme algún día. Alguien que no tenga miedo a mis palabras punzantes ni al veneno de mis artes. Alguien que pueda sacarme de mi medio natural, dejarme secar al sol mientras conservo el tamaño histriónico de mi ego para convertirme luego en una lámpara decorativa introduciéndome una bombilla por la boca.





2 comentarios:

que historia... dijo...

Vond: Dice ser; persona perfectamente imperfecta de comportamiento prioritariamente aspero, que habita en ambientes de tipo minoritario.

Cuando menos te lo esperes aparece alguien con la boca suficientemente grande como para tragarte sin que le irrites la garganta.

Anónimo dijo...

nada, pero nada es tan importante como pensamos.
el tiempo, la historia, nos hacen tan triviales que no vale la pena sufrir. no vamos a manejar el mundo, pero el mundo sí que nos puede manejar.
si todo es importante, nada es importante. hoy es hoy, todo lo demás da igual.

salud-saludos