Tú y yo vivimos enredados y hundidos.
Todo es agua y todo es espejo.
Enredados en posidonias que danzan lentamente,
hundidos en sueños inducidos por apneas.
Estoy en el punto más alto de la ciudad sumergida
y me lanzo al vacío. Y vuelo, que es nadar sobre ésta.
Y luego me besas y me abrazas con brazos que ya no son brazos,
son algas. Como mi pelo.
De esta manera pasan las tardes de verano.
Nos queremos lamer la sal,
nos queremos enredar y hundir
donde todo es agua y todo es espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario