martes, 30 de mayo de 2023

Una puerta tapiada

Aquellos días no estuve ahí conmigo. Me largué a través de la puerta tapiada de la pared. 

Si la intención era sentir las mismas cosas por repetición no funcionó. Mi cuerpo celebró, folló y comió, pero mi cabeza fue la primera en  salir corriendo. 

Y cuando ésta se fue, se quedaron mis dedos libres para acariciar, ya sin ataduras de la vieja yo. 

Yo me vi, tras esos ladrillos de piedra viejos, observando esa nueva yo que ya no me pertenecía, con curiosidad y distancia, como si yo misma fuera  una postal de un país inalcanzable al que siempre quise ir. 

Me largué,  porque en aquellos días supe que debía empezar a danzar y yo nunca bailo. 

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