sábado, 15 de septiembre de 2007

La nueva Alicia Cap.3

Recordó que su tarántula no tenía agua.

A ese maldito bicho lo tenía hacia más de un año.
Se la encontraron en unos jardines públicos, y como el hecho ya era increíble no tuvieron más remedio que adoptarla.

Era realmente asquerosa, gorda y peluda. Pero no molestaba. Ni siquiera tenía que tocarla.


Yo solo la observaba de cerca y pensaba en mi reflejo calidoscópico de su visión. ¿Se acordaría Emilio de ponerle moscas en mi ausencia?

El nombre me lo dejó poner a mí para que tuviera una oportunidad de cogerle cariño. Inmediatamente pensé en el nombre de Calíope, pero era demasiado majestuoso para aquel bicho repugnante y acabamos llamándola “Ratamajata”. Aunque más frecuentemente era simplemente “cosa”o más cariñosamente “bicho asqueroso”.




Sumergida se hallaba en este recuerdo cuando de improviso, se dio una real hostia con el suelo, su viaje por el hueco del ascensor terminó bruscamente, y aunque con el culo y parte de las costillas doloridas se encontró aliviada de estar a pesar de las circunstancias bien y de un salto se puso de pié.

Delante de ella se extendía un largo pasillo por el cual vio correr al conejo travestido. Dispuesta de nuevo a perseguirlo emprendió una carrera por el pasadizo todo lo deprisa que sus pulmones maltratados permitían, oyéndole decir:

- ¡Por los clavos de cristo!¡Qué tarde se me está haciendo!-.

Casi le alcanzaba ya Alicia cuando él dobló una esquina y al hacerlo ella poco después, se encontró con que el extraño personaje ya había desaparecido.