martes, 23 de octubre de 2007

Cuando hablo.... (1ª parte)


He soñado miles de veces,
en tirarme de la azotea.
Pero ni siquiera me he atrevido nunca a asomarme por el muro.

Cierro los ojos y me imagino sobre él.
El aire abrazándome la cara, inflamándome los pulmones.

Disfrutando del peligro.
Disfrutando de las cosas q se saben que son únicas.

La belleza de lo efímero.

De la misma forma,
disfruto de un frágil pajarillo,
en una
pequeña
y triste
Jaula.


Lo amo porque es mío.
El placer de la posesión... no obstante, es un placer triste.
Cada vez que lo miro tengo deseos de soltarlo.
Darle la libertad, poder volar, no tener límite por delante.
Demostrar que eres feliz cantando al sol.

Pero es mío.
Lo necesito enjaulado, cerca de mí.

¿Y si le dejara un día la puerta de barrotes abierta?
¿Seria tan cobarde como yo en la azotea?
Seguramente asomaría su cabecita y subyugado por el miedo, volvería tembloroso a su rama de plástico.

A lo mejor,
incluso se le ha olvidado volar
A lo mejor,
la agonía del encierro ha pesado sobre los cimientos de lo innato.
Todo lo puede.


Mi jaula es mi vida.
A favor tengo que yo misma me puedo abrir la puerta.
En contra, el miedo a comprobar si puedo volver a volar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"y veras sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias
y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo,
sin mas bandera que sus güevos"

de chinato y un pequeño cambio del robe... me acompañaron largo tiempo.
abre la puerta, no tengas miedo porque siempre te podras levantar.